Como
ha ocurrido a lo largo de toda la historia, quien marcará la pauta a
la hora del gusto del vestir, será la mujer aunque como también
veremos, los hombres cuidarán de una forma muy especial su
apariencia exterior. No olvidemos también la importancia que tuvo
para este pueblo la conservación de su cuerpo en la espera de un
mundo mejor.
El
benigno clima de Egipto, hizo que el vestido de todas las épocas
fuese ligero y fresco. Se empleó casi siempre el lino, de una
textura semigruesa. En épocas del Imperio Nuevo, como veremos más
adelante se empleará para realizar los sugerentes vestidos de la
XVIII y XIX dinastía, un lino especialmente fino denominado byssus,
importado de Siria.
La
lana fue raramente empleada ya que se consideraba a esta impura, pues
era el tejido que habitualmente empleaban los pueblos asiáticos. El
algodón no fue conocido en Egipto hasta la época romana.
El
vestido femenino evolucionará a lo largo de la historia de
Egipto, como veremos a continuación. Mientras que para el hombre se
va a mantener más homogénea. Este casi siempre empleará el kilt
corto con los dos extremos cruzados y anudados a la altura de la
cadera.
Durante
el Imperio Antiguo, la sobriedad tanto en la indumentaria como en el
peinado marca la pauta. Para la mujer noble, los vestidos son de
tirantes anchos y largos hasta los tobillos y los brazos se cubrían
con una especie de túnica.
El
Imperio Medio deja en libertad parte de la anatomía femenina. El
busto se muestra sin reparos y de una forma sugerente.
Pero
el gusto por lo exquisito le llega a Egipto de Oriente. Las mujeres
del Imperio Nuevo se cubren con el fino lino procedente de Siria, las
transparencias y los pliegues marcan las suaves curvas de
sus cuerpos. Vestidos largos, anudados a la cintura con fajines de
colores, que se entreabrían dejando al aire las torneadas piernas de
sus dueñas. Sobre estos, túnicas plisadas, con mangas. En otras
ocasiones una especie de chal longitudinal, también plisado, se
recogía en forma de abanico sobre los hombros. En alguno de estos
vestidos se cosían plaquitas de fayenza, o pasta de cristal que al
caminar, chocaban entre sí, y producían un sugerente sonido
como de campanillas.
La Indumentaria en Egipto
era una consecuencia directa del clima: cálido y seco, y de la forma
de vida, al aire libre.
Indumentaria masculina y femenina. Imperio
Antiguo.
Se usaban ropas exclusivamente de lino,
aunque al principio se usaba el algodón, se impuso el lino por la
creencia de que era más puro, y se cultivaba para fines textiles en
exclusiva. El color preferido era el blanco, aunque podía llevar
algunos dibujos en los bordes.
La lana
era conocida, pero fue considerada impura, ya que todas las fibras
animales eran objeto de tabú,
A partir de la conquista de Alejandro Magno, comenzó a emplearse la
lana en las prendas de carácter cotidiano y continuando prohibidas
en los templos y santuarios, dónde los sacerdotes debían usar ropas
de lino de color blanco.
Vestuario popular
Los campesinos, los
trabajadores y las personas de condición modesta, solían ir con un
taparrabos, y si se vestían, llevaban sólo el shenti,
usado por los varones de toda condición social, que consistía en
una especie de faldilla
que se arrollaba a la cintura y se ceñía con un cinturón
de cuero. Durante el Imperio
Nuevo, hacia 1425 a. C.,
comenzó a usarse una túnica ligera, o camisa sin mangas, así como
una especie de jubón plisado.
Vestuario de la nobleza
Entre la gente de alta
posición se adornaba la pieza con bordados y se colocaba sobre un
calzón
o túnica.
Encima del schenti
llevaban las personas de distinción una especie de saya
corta formando menudos pliegues, que para salir de casa se cambiaba
por una túnica con mangas o sin ellas, ambas de fina textura. Para
cubrir la cabeza ambos sexos usaban una peluca
postiza, y los hombres un tocado particular, el nemes, que se formaba
con un lienzo cuadrado, hecho con una tela a rayas cuyos colores mas
comunes eran el azul y el amarillo, ajustado a la frente y con caídas
a los lados.
El vestuario real está bien documentado,
vestían de modo semejante que el resto del pueblo, aunque utilizando
los símbolos
distintivos, como el cetro
y la corona
egipcia.
Vestuario femenino
El vestido femenino se
mantuvo similar durante casi tres mil años, modificado sólo en
algunos detalles. Las mujeres
llevaban la falda larga y con la cintura muy alta, como un vestido
largo y ceñido, de una pieza, sujeto con dos tirantes, que a veces
eran anchos y les cubrían los senos. También llevaban una especie
de capa
corta cubriendo los hombros. La forma de colocarse las túnicas era
muy varida, dando la impresión de constituir ropa diferente. A veces
usaban una muselina muy fina, otras veces eran telas teñidas y
pintadas, decoradas con diversos motivos que imitaban por ejemplo un
plumaje como las alas de Isis.
Las mujeres trabajadoras llevaban ropas más amplias, incluso algunas
iban desnudas también.
En la época de dominación
romana, en las tumbas de los coptos,
se han encontrado túnicas de forma romana y con adornos iguales a
los que usaban los cristianos de las catacumbas
(los clavi
y calliculae)
mientras que otras de ellas carecen de toda costura (túnicas
inconsútiles).
Calzado
El calzado podía ser
doméstico o ceremonial y se usaba en determinados situaciones y por
ciertas personas. Llevaban unas sandalias
hechas con juncos o con fibras vegetales, que para los
reyes y magnates podían ser de otros materiales, como cuero
trenzado, y llevar todo tipo de adornos, rematándose en una punta
encorvada hacia arriba. La clase sacerdotal las usaba de Papiro.
El "porta sandalias"
era una función administrativa de primera importancia. El titular
era el encargado de preparar los archivos, de organizar lo necesario
antes de un viaje, de recoger las demandas en la audiencia, etc. (En
nuestra época, este papel es semejante al del secretario particular
de un ministro o de un presidente de partido). El que tenía el
título de porta sandalias del faraón, era uno de los hombres más
influyentes del país. (Este
papel está ilustrado por la novela Ramsés, escrito por Christian
Jacq. Ameni, uno de los
personajes principales, es el porta sandalias de Ramses II).
En la vida cotidiana el
hombre común iba descalzo y solo en alguna ocasión especial usaba
sandalias: cuando tenía que ir a algún sitio llevaba sus sandalias
en la mano o las ataba al extremo de un bastón para calzarse al
llegar al destino.
El
calzado que utilizaban eran sandalias, realizadas en materiales
vegetales como hojas de palma, esparto, juncos o papiros. También se
realizaban en cuero pero eran muy costosas. No se han encontrado
talleres de artesanos que se dedicasen a estos fines, por lo que se
piensa que eran realizadas por las mujeres en el hogar.
Como
ven, señoras y señores, en esta materia no se ha inventado casi
nada, y tan sólo somos los herederos de las costumbres de un pueblo
con un pasado milenario.
Los
antiguos
egipcios no
sólo eran coquetos, sino que además muy cuidadosos y responsables
en temas de estética
y salud.
El clima de Egipto no es muy favorable y entre tanto aire desértico
y el calor intenso, los antiguos se las rebuscaron para mantener un
cuidado minucioso de su higiene y belleza, utilizando desodorantes,
pastillas para el aliento y perfumes. Las mujeres contaban con varios
tipos de productos naturales para cuidar su piel y combatir arrugar,
ala vez que evitaban exponerse al sol y no salían a la calle sin
maquillaje.
Desde
el Periodo Predinástico los hombres y las mujeres del Antiguo
Egipto
se protegían y embellecían los ojos con mesdemet
o khol:
un polvillo negro que, mezclado con agua, se empleaba como
antideslumbrante del sol, protector de enfermedades oculares y
también como repelente de insectos con sólo trazar una
línea alrededor de cada ojo.
Hasta
la Dinastía IV se empleaba una sombra verde sobre los párpados y se
oscurecían las cejas y pestañas con el mismo mesdemet
y la ayuda de palitos realizados en madera, metal o hueso;
antecedente de nuestra actual máscara de pestañas. Los labios
y las mejillas también se maquillaban con oxido de hierro humedecido
para dar un tono rojizo.
La
manicura y pedicura
no se quedaban atrás, pues hay documentos que hablan de
especialistas para estas tareas. También combatían las estrías con
aceites especiales durante el embarazo, y la depilación fue el más
importante de los rituales de belleza. Esta jugó un papel básico
especialmente entre el clero. Y entre los tantos rituales de belleza,
utilizaban la leche como desmaquillante, hidratantes a base de miel,
y tomaban sesiones de masajes con esencias aromáticas.
Ya
vemos lo importante que era para los antiguos
egipcios
el cuidado de la estética y para esto utilizaban un sin fin de
utensilios: desde pinzas para eliminar cualquier bello no deseado,
cuchillas para rasurar, tarros para ungüentos, recipientes para el
khol, espejos, peines y un todo lo que jamás debe faltar en un
completo tocador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario