martes, 10 de julio de 2012

05.02 EL MAQUILLAJE EN EL SIGLO XVII

Existe una obsesión por el maquillaje y los perfumes, no así por las cremas de belleza. Al igual que la mujer el hombre va maquillado, ofreciendo así un aspecto afeminado. La mujer lleva la tez con una blancura excelente, empolvándose con unos polvos de arroz o harina. Los ojos van delineados en negro, en el párpado aplican azul o verde y los labios dibujados en forma de corazón con tonos rojos oscuros. Adquieren mucha importancia los lunares, se consideraban muy estéticos e incluso se hacían de terciopelo o bien se pintaban. Se colocaban en rostro o escote dependiendo del significado que se le quisiera dar, llegan a tener un lenguaje propio.

En cuanto al cabello los peinados eran monumentales, a finales del siglo XVII los hombres empiezan a utilizar pelucas y las mujeres postizos de gran tamaño con tocados también grandes. El pelo va retirado de la cara y se lleva con tirabuzones y rizos. Toda esta moda viene impuesta por la Corte.
La higiene corporal sigue en el olvido, por lo que siguen utilizando cantidad de perfumes para el mal olor.


Se consolida en este siglo la Edad de Oro de la cosmética. Francia se convierte en el centro de la cultura, creando la nueva moda de la ropa, peinado y cosmética.










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