martes, 10 de julio de 2012

11.03 EL VESTUARIO

Por la crisis económica de 1929, la industria de la moda introdujo el lino como material en boga (debido a su bajo costo) y los materiales artificiales como las baratas medias de seda sintética que reemplazaron rápidamente a las antiguas de seda natural y que tenían un elevado costo. 
En 1930 la pauta a seguir eran las actrices como Greta Garbo y Marlene Dietrich, mujeres de hombros anchos y caderas delicadas, altas y delgadas como una esfinge egipcia. 
En este período el punto erótico cambió desde las piernas hasta la espalda, la que era resaltada por prominentes escotes y que provocaba el delirio masculino. 
  
Ahora la mujer estaba envuelta con un halo de encanto, sensualidad y misterio. 
Los hombres sucumbían frente a esta belleza madura de movimientos felinos y mirada dormida; la mujer sacaba provecho de su cuerpo y no lo ocultaba por prejuicios moralistas
    
Los años 30 comenzaron como una época de glamour y sofisticación enaltecida por las divas del cine que representaban toda la majestuosidad de la belleza. 
Sin embargo, pronto las cosas comenzaron a cambiar. 
  
La ascensión de Hitler al poder, en 1933, inquietó el ambiente político y social de entonces, quienes se negaron a reconocer el peligroso dominio de este hombre que rápidamente resquebrajó la paz en Europa.

Como una forma de negar los conflictos que surgían, los modistos intentaron revivir la opulencia de años anteriores, en donde el lujo regía la moda. 
A pesar de este intento fallido, Europa nuevamente entró en guerra en 1939. 






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